Los
trastornos del sueño pueden derivar en otras enfermedades provocadas, a
consecuencia de esta dificultad y de la inexistencia de un tratamiento
efectivo saludable. Las últimas investigaciones han demostrado que la
alteración del sueño influye en el envejecimiento cerebral y por tanto,
se ve afectada la memoria y cualquier proceso cognitivo. También estos
últimos estudios han desmontado la antigua creencia de pensar que
padecer un trastorno del sueño era consecuencia de la vejez, porque no
es así. Por el contrario, estos trastornos son provocados por alguna
enfermedad o disfunción que padece la persona con dificultad para
dormir.
Durante la rueda de prensa en la que expusieron las
últimas novedades sobre los trastornos del sueño, alertaron sobre el
abuso del consumo de hipnóticos, sobre todo por parte de ancianos,
existiendo una fuerte dependencia de estos medicamentos. Su toma debe
estar limitada a una posología que marca un tratamiento estándar de
entre cuatro y seis semanas pero, generalmente, estos pacientes las
consumen diariamente durante años.
Se ha demostrado que las rutinas son básicas para educar a nuestro cuerpo dándole una serie de pautas que le guíen hacia la consecución de las actividades diarias, entre ellas, los momentos de descanso. Por eso, estas alteraciones del sueño aparecen tras finalizar con nuestro periodo activo y con el comienzo de la jubilación. La alteración de los tiempos y costumbres para levantarnos, desayunar, comer, dormir, etc. hace que se desbarajuste nuestro ritmo biológico y con él, el funcionamiento de actividades básicas como es conciliar el sueño. Antiguamente, con el trabajo en el campo, las horas de luz marcaban los tiempos de vigilia, trabajo y sueño. Consiguiendo una conexión más directa con nuestro ritmo biológico, poniendo en marcha las hormonas que marcan cada periodo del día, y que determinan el momento de despertarnos o de dormir de una forma natural.
Los trastornos del sueño afectan a nuestra calidad de vida, aumentando el riego de padecer una serie de enfermedades como pueden ser, hipertensión, lesiones cerebrales o un infarto cerebral, sonambulismo, Parkinson, síndrome de piernas cansadas, narcolepsia, e influir en la actividad cognitiva dificultando toda actividad intelectual. De ahí la importancia de conseguir un tratamiento o un cambio de conductas que nos ayude a reeducar a nuestro organismo.
Se ha demostrado que las rutinas son básicas para educar a nuestro cuerpo dándole una serie de pautas que le guíen hacia la consecución de las actividades diarias, entre ellas, los momentos de descanso. Por eso, estas alteraciones del sueño aparecen tras finalizar con nuestro periodo activo y con el comienzo de la jubilación. La alteración de los tiempos y costumbres para levantarnos, desayunar, comer, dormir, etc. hace que se desbarajuste nuestro ritmo biológico y con él, el funcionamiento de actividades básicas como es conciliar el sueño. Antiguamente, con el trabajo en el campo, las horas de luz marcaban los tiempos de vigilia, trabajo y sueño. Consiguiendo una conexión más directa con nuestro ritmo biológico, poniendo en marcha las hormonas que marcan cada periodo del día, y que determinan el momento de despertarnos o de dormir de una forma natural.
Los trastornos del sueño afectan a nuestra calidad de vida, aumentando el riego de padecer una serie de enfermedades como pueden ser, hipertensión, lesiones cerebrales o un infarto cerebral, sonambulismo, Parkinson, síndrome de piernas cansadas, narcolepsia, e influir en la actividad cognitiva dificultando toda actividad intelectual. De ahí la importancia de conseguir un tratamiento o un cambio de conductas que nos ayude a reeducar a nuestro organismo.
La prevención es básica
para mantener una buena calidad de vida, garantizando además, que sea
una vida completa y placentera. Con ello disfrutaremos de todo lo que
nos apetezca hacer, en compañía de los nuestros, después de tantos años
de trabajo. Lo más importante es no dejar pasar cualquier síntoma o
dilatar los tratamientos, no visitar al médico de cabecera o al
neurólogo para explicarles cuáles son nuestros síntomas o los trastornos
del sueño que padezcamos, puede traer graves consecuencias, y lo que
podía ser un síntoma puede derivar en graves problemas de salud.
Fuente de información: Mapfre salud.